EXAMEN DE CONCIENCIA

"El Caminante"


Aporte de: Marisa Menta

"...Volveré a mi Padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus siervos. Partió, pues, de vuelta a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión, corrió a echarse a cuello y lo abrazó" (Lc 19,18-20)

PREGUNTAS PARA AYUDAR A REALIZAR UN EXAMEN DE CONCIENCIA

En relación con Dios

En relación con el prójimo

En relación conmigo mismo

Acto de contrición 

Jesús, mi Señor y redentor, 
Yo me arrepiento de todos los pecados 
Que he cometido hasta hoy, 
Y me pesa de todo corazón 
porque con ellos ofendí 
a un Dios tan bueno.
 
Propongo firmemente 
No volver a pecar, y confío en que 
Por tu infinita misericordia, 
Me has de conceder 
El perdón de mis culpas 
Y me has de llevar 
A la vida eterna

¿Qué pecados tengo que confesar?

Todo pecado grave que no hayamos confesado nunca o si volvimos a cometerlo después de la última confesión. Todo pecado venial que recordemos, después de hacer un sereno examen de conciencia. Estas faltas cotidianas a veces nos pasan inadvertidas porque nos hemos acostumbrado a convivir con ellas. Por eso nos ayuda examinarnos interiormente, en la presencia de Dios, para ver cuáles son las actitudes que debemos procurar cambiar en relación a Dios, a los demás, a las cosas...

¿Cada cuánto tiempo hay que confesarse?

La Iglesia enseña que por lo menos una vez al año, para la Pascua, y en peligro de muerte. Pero también nos enseña que es muy conveniente confesarse en forma habitual, aunque uno no tenga pecados graves

¿Qué debo hacer para confesarme bien?

¿Por qué debemos confesarnos?

Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla" (Ef. 5,25-26)

Sin embargo cada uno de nosotros -que formamos la Iglesia de Cristo- estamos expuestos a la tentación continuamente. Y muchas veces preferimos seguir nuestros caminos. Y no realizar en nuestras vidas las enseñanzas de Jesús. Nos alejamos de Dios y perdemos su Gracia. Ahí es cuando necesitamos recomponer esa relación de amistad con Cristo y reconciliarnos con Dios, nuestro Padre, reconociendo nuestro pecados y asumiendo nuestras culpas.

¿Para qué sirve la confesión?

Para que ese pecado sea perdonado por Dios. A través de este Sacramento, Dios, que es rico en misericordia, nos perdona y nos libra del mal. Así puedo estrenar un corazón nuevo, un corazón de carne, renovado por la Gracia, que será capaz de volver al camino recto y de vivir como Cristo nos enseña para encontrarnos en paz.


"El Caminante"


| Inicio | Objetivos | Cuentos  | Encuentros | Pensamientos | Microreflexiones | Catequista |

| Madre Teresa | Juan Pablo II | Cancionero | Buscar en Internet | ¿Cómo Navegar? |


Diseño de Página: Patricio Alvarez Daneri - Última modificación: 30 de Marzo de 2008 

Gualeguaychú - Entre Ríos - Argentina