Metodología 

En la estructura de los encuentros buscaba una metodología que fuera participativa y que se adaptara a las características de los grupos de la Parroquia, había leído y llevado adelante el método experiencial con los jóvenes mayores con buenos resultados, no ocurriendo lo mismo con los adolescentes, entre otras cosas por lo extensos que resultaban las reuniones. Así que mientras estaba a la busca de caminos me encontré con el texto evangélico de Marcos 8, 27-33 y a partir de él surgió la estructura básica de estos encuentros. ¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Ustedes que dicen? Jesús que completa y profundiza la profesión de fe de Pedro. Y como todo encuentro profundo con Jesús nunca  nos deja indiferentes, tiene lugar la respuesta. De esta manera tenemos:

La lluvia de ideas: que busca presentar el tema y motivar la charla a partir de lo que se observa y escucha en la realidad; a sí mismo favorece una actitud crítica sobre el mundo que nos rodea en busca de resaltar valores y afrontar desafíos. Es el encuentro con la realidad. En algunas oportunidades se presentan afirmaciones comunes, en otras se trabaja con algún documento (cartas, canciones, cuentos, frases, juicios). Este momento debe ser breve. Generalmente se pide que se tome nota de las conclusiones de manera que después se puedan confrontar, iluminar, etc.

La personalización: tiene como objetivo interpelar el corazón de cada uno ¿cómo vivo yo? ¿qué  pienso?. Esto exige ya un compromiso mayor frente al tema propuesto. Por eso se pide que quien guíe los encuentros tenga la sabiduría de hacer que todos participen. Es un momento muy importante. Es  el encuentro consigo mismo. Este momento debe afrontarse con respeto y seriedad de manera que se favorezca la participación de todos.

El encuentro con la Palabra: tiene como objetivo aprender de la enseñanza de Jesús a cerca de la temática tratada. Los textos presentados van acompañados por algunas ideas que buscan orientar la reflexión que siempre hará el animador con gran espíritu de fe y con suma claridad. Es un verdadero encuentro con el Señor que quiere edificar nos con su Palabra.

Mi respuesta a la Palabra: es el momento de la oración, de la respuesta al Señor que nos habló. Es el momento de la intimidad. Debe estar siempre debidamente preparado y no sería disparatado pensar que es la parte más extensa del encuentro (50%).  Tiene distintos esquemas propuestos, aunque guarda en todos la repetición del texto bíblico y la respuesta concreta personal y comunitaria al Señor (petición, acción de gracias, perdón, etc.) Respuesta que siempre exigirá un compromiso concreto, el cual debe quedar establecido en el mismo encuentro.

Diario del grupo: nos pareció interesante que de forma rotativa hubiese un responsable de ir llevando el diario del grupo, de manera que podamos permanentemente hacer memoria de lo que Dios  va obrando y de lo que nosotros vamos respondiendo. Es parte de la intimidad del grupo que hace a su conocimiento. 

            Es una propuesta que tiene de lo viejo y de lo nuevo, tiene mucha semejanza al método experiencial o si se quiere es una manera diferente de presentar el mismo método. Se trata de reacomodar el método catequístico en clave experiencial. Se piensa en encuentros de una hora por semana aproximadamente de los cuales el momento de oración guiada ocupa un gran porcentaje. La clave está en el animador (catequísta) que tendrá a cargo el grupo, todas sus capacidades, su espíritu de servicio, su fe, su amor por los chicos y chicas que Jesús a través de la Iglesia le ha confiado.

            Los encuentros están pensados en la temática de Dios Padre, con motivo del año de preparación a la  celebración del Jubileo. Dentro del itinerario se sigue una línea de reflexión, la cual deberá ser ajustada al ritmo de la comunidad.  Así mismo hay una serie de temas que sugerimos, si bien no los hemos desarrollados: “María, hija predilecta del Padre”; Fiestas Patronales, tiempos litúrgicos fuertes, etc. Confiamos a la acción providente del Padre toda la actividad catequística, para gloria y alabanza de su nombre.