El Gran Teatro del Mundo (El Sepelio)

ENCUENTRO N° 19

TITULO: El Gran Teatro del Mundo (El Sepelio)

OBJETIVOS: Esta experiencia trata de hacer entrar el más allá en la vida de acá y dar sentido a lo que aquí se hace, con la esperanza de lo que pueda ser la otra vida. Para el cristiano, una vida de plenitud con Cristo.

Valorar lo que ha sido la vida de una persona y el sentido que ha dado a la misma mediante el juicio que sobre ella dan quienes han sido sus compañeros de viaje.

Mover al adolescente a situar sus acciones de cada día dentro de la vida total del ser humano, teniendo en cuenta su jerarquía de valores, su vocación, compromisos, familia, sociedad, etc.

Escuchar las diversas posturas que las personas tienen ante la vida y la muerte y analizar de donde provienen dichas actitudes. Hay que saber respetarlas y juzgarlas.

DESARROLLO: Se realiza esta actividad representando la muerte de una persona y el desfile ante el féretro de todos aquellos que tuvieron alguna relación con el difunto.

Se los divide en cuatro grupos, separando a un chico que actuará como difunto. Cada grupo responde a los diversos personajes que representaran el velatorio:

DIFUNTO: Ha de ser un chico listo, despabilado, pues tiene que comentar lo que los demás digan de él. El personaje a representar como difunto es "Jorge, El Empresario". Ver anexo con una biografía de su vida.

NARRADOR: Explica brevemente quién era el difunto y que ha conseguido en su vida. Tarea a realizar por un Auxiliar o Delegado.

GRUPO 1: FAMILIARES CERCANOS: Esposa, hijos, sobrinos, y también esos familiares lejanos, que sólo aparecen en esas ocasiones para hacer el cumplido.

GRUPO 2: AMIGOS DE LAS SALIDAS: Amigos que le acompañaban en sus salidas y fiestas.

GRUPO 3: COMPAÑEROS DE TRABAJO: Socios de trabajo, obreros que dependían de él, Gerente del banco, Contador de la Empresa, Secretaria Ejecutiva.

GRUPO 4: PUBLICO EN GENERAL: Sacerdote, Médico, conocidos o amigos de la familia.

REALIZACIÓN: Cada persona o grupo aparece por turno en el velatorio y hace sus comentarios, diciendo cómo fue su relación con el difunto, cómo lo veía, que le ha parecido su vida y su muerte.

El difunto oye todo lo que dicen sobre él y va interiorizando las razones y los sentimientos que le invaden. Puede hablar, comentando lo que oye, pero como si estuviera pensando por su cuenta. El público debe oírle, pero se supone que los demás actores no le oyen.

EVALUACIÓN:

Los asistentes exponen cómo les ha parecido la experiencia, si ha habido alguna opinión demasiado dura o si todo ha sido demasiado benevolente.

El difunto cuenta a los demás cómo se ha sentido, que le ha parecido la vida, que opinión se ha llevado de las personas que le han ido a visitar, que hubiera cambiado en su vida si volviera a vivir, como en una nueva oportunidad.

CONCEPTOS:

ü La muerte: una realidad que no podemos cambiar.

ü Miedo a la muerte.

ü Más allá de la vida: Estar ante la presencia de Jesús.

ü ¿ Cómo les gustaría que hablaran de ustedes cuando se mueran ?

ü ¿ Cómo debemos vivir esta vida para que nos recuerden ?

ü ¿ Qué tengo que cambiar de mi vida hoy teniendo en cuenta ese momento de la muerte ?

TEXTO COMPLETO DEL RELATO

Jorge, el Empresario, ha muerto

Jorge era un trabajador de la construcción que, con esfuerzo y constancia, pasó desde peón de albañil hasta propietario de una empresa constructora. En el momento de su defunción, su empresa funcionaba a pleno rendimiento y con sólidos beneficios.

El trabajo que todo ello le costó le impidió a Jorge el poder estudiar. Así que tuvo la cultura mínima necesaria. Con todo, su gran ilusión fue que sus hijos estudiaran mucho. Para ellos buscó los mejores y más caros colegios. Se enfadaba mucho cuando las notas no eran tan satisfactorias como él esperaba. Incluso castigó por ello a sus hijos dejándoles sin vacaciones o regalos. Sus hijos piensan que era demasiado exigente y "pesado" en eso.

Su continuo trabajo no le permitió cuidar mucho a su familia en cuanto a trato personal, ya que llegaba siempre tarde a casa. Pero no ha permitido que a nadie de su familia le faltara nada. Les ha proporcionado de todo, incluso comodidades que envidiarían otras familias, como viajes, vacaciones en el extranjero, comidas en restaurantes.

Como sólo pensaba en trabajar, no solía frecuentar la Iglesia de Dios. Ese tema de la fe no lo tocaba nunca. Parecía que no lo conociera o que no le interesara. De vez en cuando, decía que la Iglesia no se debía meter en política, especialmente cuando enseñaba que había que ayudar y promocionar a los pobres. Jorge comentaba que eran pobres, porque no querían trabajar como él había hecho. Sólo daba alguna limosna cuando su esposa le insistía mucho.

Cuando era peón de albañil, sus compañeros le apreciaban mucho, porque era abierto y simpático. Después, conforme fue subiendo económicamente, se fue haciendo duro y exigente; por eso se fueron apartando de él. Tuvo a veces problemas en su empresa por cuestión de los despidos de personal, porque sólo pensaba en sus intereses. El afirmaba que esa exigencia y dureza, apoyadas por una fuerte cuenta bancaria, fueron la clave de su éxito.

Procuró tener siempre de su parte a las autoridades para favorecer sus negocios.

Algunos de los inquilinos de los edificios que levanto su empresa están disgustados, porque no eran tan perfectos como anunciaba la propaganda; han tenido que hacer arreglos por su cuenta. El decía que la propaganda era la propaganda, y que por ese precio no se podía dar más. Ha sufrido alguna denuncia, pero la ha esquivado hábilmente. El se reservó dos departamentos de un edificio y vivió allí muy contento. Eran los pisos más caros.

Cinco años antes de morir, sufrió un amago de ataque al corazón. El médico le advirtió que debía tomar la vida con más tranquilidad, pero él no hizo caso, porque los negocios iban muy bien y era necesaria su continua presencia en ellos. Nunca había estado enfermo y sólo recordaba una temporada de stress, que tuvo años atrás. Por eso no hizo caso al médico.