Pbro. Juan Carlos Locatelli.
Su fallecimiento
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Partió a
la Casa del Padre el 26 de agosto de 2014
Publica
el Diario El Argentino de Gualeguaychú:
Conocido
por su obra de la Comunidad Emanuel, integrada por el Taller
Protegido la Granja y la Escuela Especial Privada Nº 23, ha tenido
en la comunidad un fértil arraigo desde que llegó por primera vez en
1975.
Fue presidente del Círculo Italiano en varias oportunidades,
Capellán de los Bomberos Voluntarios, del Hospital y “La Sagrada
Familia”, además de presidir la Asociación Emanuel y el Club de
Leones Gualeguaychú.
Tuvo también el talento de unir el magisterio de su sacerdocio con
la educación y ejerció como profesor de Ética y Psicología en el
Instituto Sedes Sapientiae y de Psicología Pastoral en el Seminario
de la ciudad. Además durante más de una década alimentó una columna
dominical en EL ARGENTINO, comentando el Evangelio. En noviembre de
2005 fue declarado Ciudadano Ilustre de la ciudad.
Había nacido el 19 de julio de 1929 en
Rosario, pero su comunidad fue Gualeguaychú donde desplegó inmensas
alas para trabajar –cotidianamente- a favor de los discapacitados.
“El sacerdocio es una vocación, el llamado de Dios al que uno ha
dado respuesta y uno ha tenido una actitud angustiosa de contestar
rápido y por esa razón no terminé los estudios en la Facultad para
irme al Seminario”, recordó alguna vez.
“Mi primer destino fue como ecónomo de la Diócesis de Santiago del
Estero, pero después me pidieron como profesor y me dediqué a dar
clases. Yo trabajaba con la hermana de monseñor Pedro Boxler, Ana
María en Añatuya y él me hizo el desafío y me dijo, usted es
profesor en cuatro institutos y no va a querer dejar sus cátedras
para ir a una Diócesis pobre como Gualeguaychú. Vine, ví y me
encantó. No podía creer el verde que había y las praderas de Entre
Ríos, no podía creer que no hubiera desierto… no podía creer que
existiera tanta agua”, recordó alguna vez compartiendo sus memorias
con los lectores de EL ARGENTINO.
Sus primeras acciones en la diócesis fue la de predicador en
Basavilbaso, Rosario del Tala y Villa Mantero. Luego lo designaron
capellán en la capilla Sagrada Familia.
Él mismo contó cómo le nació el desafío de hacer Emanuel. “Los
chicos discapacitados iban a la escuela primaria hasta los 14 años y
después desaparecían
de la ciudad. Fue ahí donde pensé en la idea de crear el Taller
Protegido Emanuel para chicos de más de 14 años”.
“La Granja se me ocurrió porque estos chicos no iban a tener un
lugar donde estar en su vejez, entonces era necesario un Hogar. Con
el apoyo de algo que me dejó Clementina de Hernández, que la conocí
una vez que la fui a verla cuando estaba enferma, y parte de dinero
mío hicimos la Granja. Después se me ocurrió hacer todo el ciclo y
construir la escuela primaria, el Taller y un lugar donde los chicos
podían estar si les pasaba algo en su vejez, y justo apareció la
herencia de Tito Morrogh Bernard, a quien no conocí. Todo ha sido
providencial”.
Una vez contó que se inspiró en las enseñanzas del profeta Isaías
cuando recomendó ocuparse de los minusválidos, de los desvalidos, de
los no videntes, de los sordos. Y su experiencia en Gualeguaychú fue
tan próspera que también valoró el espíritu de los gualeguaychuenses
“porque tienen ese sentimiento por el prójimo que es admirable”.
Locatelli falleció ayer, pero es un dato que no lo define
integralmente porque vivirá por siempre en el corazón de cada uno
que tocó con sus enseñanzas y ejemplo.