Este
martes 23 de junio se realizó una misa en la Catedral San José de la
cual participaron jóvenes de las diversas comunidades educativas de
la ciudad. La celebración fue presidida por Mons. Jorge Lozano, y
concelebraron varios sacerdotes.
La misa
forma parte de las diversas actividades que se desarrollan estas
semanas en los colegios en el marco de la “Jornada Mundial de la
Lucha contra el Uso Indebido y el tráfico de drogas”, instituido por
Naciones Unidas para el 26 de junio de cada año.
En varias
ciudades de la diócesis ──como en otras Provincias── se llevan a
delante espacios de reflexión, marchas y otras actividades que
tienden a promover el diálogo y la concientización sobre este
flagelo.
En la
predicación de la misa de hoy, el Obispo hizo referencia al
Evangelio proclamado (Mt 11, 25-30) en el cual Jesús dice a la
multitud: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y
Yo los aliviaré”.
Monseñor
Lozano dijo, entre otras cosas:
“Jesús
llama a ir a Él a los afligidos y agobiados, dos situaciones que a
veces nos toca sobrellevar en la vida.
”Aflicción experimenta quien se cansa en el camino. Es lo que nos
pasa cuando nos inunda la amargura o el sinsentido. No es que alguna
que otra cosa nos sale mal, sino la sensación de una frustración más
honda. Como si no se encontraran motivos para ser feliz. Es un
malestar con uno mismo. Tal vez existencial.
”El
agobio, en cambio, nos aborda cuando desde afuera nos hostigan, nos
frenan en el camino. Lo expresamos con el dicho ‘nos ponen palos en
la rueda’, o cuando ‘estamos cansados de remar en dulce de leche’.
En estas circunstancias las motivaciones no se cuestionan, pero la
adversidad nos juega en contra y experimentamos la tentación de
claudicar.
”La
respuesta de Jesús es ‘Vengan a mí todos los que están afligidos y
agobiados y Yo los aliviaré’.
”Él está
vivo y se hace compañero de camino. La palabra ‘compañero’ viene del
latín cum-panis, y hace referencia a compartir el mismo pan. Ustedes
son ‘compañeros’ en instituciones educativas, comparten el pan de la
cultura, de los valores... Jesús nos invita a compartir el pan de su
Palabra, de su Cuerpo y Sangre, de su amistad.
”Hoy Él
sigue diciéndonos ‘Vengan a mí’. Vayamos a Jesús. En Él
encontraremos alivio y paz. En Él recuperamos las fuerzas para
continuar el camino.
”La
Iglesia es la comunidad de los discípulos de Jesús. Somos su
familia. También nosotros, si queremos ser fieles a Jesús, tenemos
que decir lo mismo a quienes están afligidos y agobiados. La Iglesia
hoy también dice ‘Vengan a mí, vengan a Jesús’.
”Ante
quienes se encuentran afligidos y agobiados, algunos hacen negocios
vendiendo sustancias que las disfrazan de solución mágica, paraísos
tan inexistentes como dañinos. Son los mercaderes de la muerte que
prometen lo que no pueden dar.
”Están
también los que se lavan las manos mirando para otro lado o
escondiendo el problema.
Nosotros
estamos llamados a hacernos cargo y decir ‘Vengan a mí’.”
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Durante
la celebración el Obispo presentó a los jóvenes un vestido nuevo
para una imagen de la Virgen de Luján que fue bendecido hace pocos
días por el Papa Francisco. Les dijo: “Un par de semanas atrás pude
visitarlo al Papa y le pedí la bendición sobre este vestido nuevo
para la Virgen que acompaña muchas salidas misioneras de los
jóvenes. Me dijo ‘que salgan a misionar entre los jóvenes y los
pobres’ ”.
Y
continuó monseñor Lozano: “Le pedí también la bendición para esta
réplica de la Cruz de San Damián ante la cual rezó San Francisco. Le
dije que es para el Hogar de Cristo Nazareth y le conté algo de lo
que se está haciendo allí. Me dijo el Papa Francisco: ‘Agradeceles
mucho de mi parte todo lo que hacen por los que sufren, y que no se
olviden de rezar por mí’. El santo de Asís rezando ante esta cruz
escuchó que Jesús le decía ‘Ve y repara mi Iglesia’. Y se puso con
sus compañeros a restaurar esa capilla decaída. Pero pronto se dio
cuenta de que la Iglesia a reparar era la familia de los hijos de
Dios. También hoy tenemos esa misión. Reparar, consolar, alentar.
Compartir el pan de la vida. Así como cubrimos a la Virgen con un
vestido nuevo, que ella nos cubra de su ternura”.
Después
de la misa los jóvenes hicieron una maratón por las calles de la
ciudad y concluyeron con un recital en la puerta de la Catedral a
cargo de bandas musicales de los colegios.