Carta de Mons. Lozano a los
docentes en su día.
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A los
docentes ¡Felicidades y gracias!
Queridos
Docentes:
En estos
días de setiembre se celebra el día del maestro (el 11) y el del
profesor (el 17). Con este motivo les hago llegar mi afecto y estas
reflexiones.
En la
Institución Educativa se da el vínculo entre Evangelización y
Promoción humana, y no solo si se trata de una escuela confesional
católica. Porque cuando una persona, o mejor, una comunidad, se
desarrolla logrando una mayor y mejor capacitación y vinculación
social, estamos evangelizando. Claro que en una comunidad educativa
cristiana hace falta también el anuncio explícito de la fe. Y esto
lo podemos decir de todos los niveles del Sistema educativo.
La
Escuela Católica es una comunidad eclesial y evangelizadora por
naturaleza, aunque no todos salgan creyentes o muchos no practiquen
la fe. Enamorados de Jesucristo queremos dar testimonio de la
alegría de la fe. Jesús mismo nos enseña acerca de cómo reconocer lo
más valioso para nuestra vida, “porque donde esté tu tesoro, allí
estará también tu corazón”. (Mt. 6, 21)
Al
conversar en varias reuniones con ustedes en la Visita Pastoral a
las Comunidades Educativas voy recogiendo en el corazón los anhelos
y las preocupaciones, las esperanzas y los desalientos. Y es cierto
que las dificultades no escasean. Pero no menos cierto es que hay
motivos de alegría y esperanza.
Cotidianamente le ayudamos a los alumnos a fortalecer sus ideales, a
abonar utopías, a desplegar sueños y deseos de cambiar el mundo. Y
esto también toca nuestras fibras interiores y nos coloca ante el
espejo de las propias búsquedas interiores y profundas. No podemos
mostrarles o señalarles con el dedo hacia el horizonte la libertad,
la justicia, la paz, si de alguna manera no ponemos la otra mano en
el corazón y sentimos palpitar esos valores en nosotros.
Enseñar a
los más pequeños a socializar, incorporar normas de conducta, se nos
presenta como un desafío cada vez más complejo. Las tentaciones que
sufren los adolescentes y los jóvenes los pone en el riesgo de
perder mucho (si no todo) en opciones mal encaminadas. No podemos
reemplazar su libertad, pero sí fortalecerla con herramientas que
les ayuden a elegir y a comprender las múltiples proyecciones de su
presente, la extraordinaria riqueza que contienen sus vidas para sí
mismos y para quienes los rodean.
La
Encíclica del Papa acerca del cuidado de la casa común nos brinda
algunas preguntas y pistas de trabajo en la comunidad educativa que
nos pueden ayudar mucho.
Rezo por
tu artesanal tarea y pido a la Virgen María te cubra de ternura. Con
cariño y gratitud, te bendigo a vos y a tu familia.
Jorge Lozano